Guaje que te quiero guaje...
Porque en un tiempo te encontré tirado, destartalado.
Y traías aún vivo el germen de tu esencia,
la promesa de la vida que me permitió ver tu esplendor
y me diste el regalo de transformarte...
Menudencias desde el Desierto Chihuahuense, ocasionadas por la insolación y sus consecuentes turbulencias existenciales.
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